¡Hola, amigos! Hoy os traigo una historia divertida sobre una constelación muy especial. ¡Preparad vuestras mantas y vuestras galletas, porque esta noche vamos a viajar al cielo estrellado!
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Trocitos de Cielo, un astrónomo muy particular llamado Pablo. Pablo no era como los otros astrónomos. No se pasaba las noches mirando las estrellas con un telescopio serio y silencioso. ¡No! Pablo tenía una manera muy especial de observar el cielo. ¡Le encantaba contar historias mientras miraba las estrellas, y siempre terminaba riendo a carcajadas con sus amigos!
Una noche, mientras Pablo y sus amigos estaban sentados en el campo, mirando el cielo, Pablo les dijo: « Mis amigos, hoy os voy a contar la historia de la constelación más divertida de todas: ¡La Constelación de los Tacos Voladores! »
Todos rieron y se acurrucaron para escuchar la historia. Pablo comenzó: « Hace muchos, muchos años, en un pequeño pueblo mexicano, vivía un cocinero muy especial llamado Pedro. Pedro no solo hacía los mejores tacos del mundo, sino que también tenía un secreto muy especial. Cada vez que hacía un taco, añadía un poco de su magia especial, y los tacos se volvían… ¡voladores! »
Los amigos de Pablo empezaron a reír y a imaginar tacos volando por el cielo. « Sí, sí », continuó Pablo, « los tacos de Pedro eran tan deliciosos y mágicos que, una noche, mientras Pedro dormía, los tacos decidieron que querían ver el mundo desde arriba. Así que, con un ‘¡Plop!’ y un ‘¡Vamos allá!’, los tacos se levantaron del suelo y empezaron a volar. »
« ¡Qué divertido! » gritó uno de los amigos de Pablo.
« Pero, ¿qué pasó con Pedro? » preguntó otro.
« Bueno, Pedro se despertó y, al ver a sus tacos volando por el cielo, se puso muy contento. Decidió que, para siempre recordar esa noche mágica, los convertiría en una constelación. Así que, con un poco más de su magia, Pedro dibujó una constelación en forma de taco volador en el cielo. »
Todos rieron y aplaudieron. Pablo sonrió y dijo: « Y así, amigos, nació la Constelación de los Tacos Voladores. Cada vez que miramos el cielo y vemos esa constelación, recordamos la magia y la diversión de los tacos de Pedro. »
Con una última carcajada, Pablo y sus amigos se acostaron en el campo, mirando el cielo y buscando la Constelación de los Tacos Voladores. Sabían que, aunque no la vieran, la magia de Pedro estaba allí, haciendo que cada noche fuera un poco más especial y divertida.
¡Y así, amigos, terminó la historia de la Constelación de los Tacos Voladores! ¿No es una constelación muy divertida? ¡Espero que hayáis disfrutado de la historia tanto como yo disfruté contándola! ¡Buenas noches y que tengáis sueños llenos de tacos voladores!